Difícilmente tenemos el alto privilegio de conocer a una persona con honor, lealtad, modestia, dignidad, responsable, humana, culta, capaz; que planee todos los actos de su vida.
Una persona que valga la pena seguir en cualquier acción social que emprenda, porque estamos seguros no se desviará de sus objetivos y no nos traicionará jamás.
Una persona a quien podamos confiar nuestros intereses, nuestra cartera, nuestra familia, nuestra vida.
Una persona que siempre comprenda el interés social, que ame a su pueblo, a su estado y a su patria.
Una persona que sea grande de alma, porque ahora tenemos que hacer cosas grandes, y las cosas grandes no se hacen con mujeres y hombres pequeños.
Una persona que antes de pensar en el interés propio, piense en México, luego en México, después en México, siempre en México, porque ahí es donde está nuestro deber. |